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lunes, 31 de diciembre de 2018

Fluye con la vida

Felicitación del Año Nuevo 2019

 “Cantares” (Poema de A. Machado musicado por J. M. Serrat). Piano: Jesús Acebedo.


Fuente: “Palabras Caballo” de Juan Miguel Fernández-Balboa.

Nadie se levanta por la mañana diciéndose: “Quiero que mi vida sea un desastre”. Cada ser humano aspira, siquiera secretamente, a realizar algo importante y significativo en, y con, su vida. El poder de dar significado a tu vida y de realizar lo que tú elijas ya está en ti.

Lejos de lo que puedas creer, independientemente de la escasez de medios económicos y materiales que puedas tener, y a pesar de los “errores” que puedas haber cometido, la felicidad está a tu alcance.

El poeta Antonio Machado decía “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… ¡Qué razón tenía! Entiendo que sea difícil de creer, pero realmente es así. Todo llega a medida que se va avanzando. En el camino que has emprendido no tienes que preocuparte por los medios necesarios para culminarlo.

Cuando naciste no te preocupaste de los medios que necesitabas para vivir. Simplemente apareciste. Los medios se te fueron dando a medida que ibas viviendo. Por eso, aunque ahora te dé la sensación de que careces de lo necesario para avanzar hacia tu sueño, cree en ti mismo y sé consciente de que nada te impide dar el primer paso.

Posees todo lo que necesitas para iniciar tu camino. Mantén tus ojos en la meta y orienta tus pasos hacía ella, sin prisas, con pausas; sin obsesión ni esfuerzo excesivo, simplemente con temple y tesón.

Date permiso para discurrir con la Fuerza Vital, fluye con ella y comprobarás cómo, a medida que vayas dando pasos, irán apareciendo los recursos para seguir adelante. Inesperadamente, aparecerán personas que te prestarán su apoyo; de repente, encontrarás la lucidez necesaria para superar ciertos obstáculos y, a medida que las necesites, descubrirás un sinfín de virtudes en ti mismo.

Déjate sorprender por todo lo que ocurrirá después…

Tú puedes ser feliz. Hoy empieza el resto de tu vida.

¡FELIZ AÑO NUEVO!


ALGUNAS ENTRADAS RELACIONADAS EN ESTE BLOG:

- Decálogo de libertad (2018)
- Te desafío (2017)
- Para vivir... (2016)
- Desiderata (2015)
- ¿Qué se le puede pedir a la vida? (2014)

sábado, 29 de diciembre de 2018

El humor, bien de primera necesidad

El pasado día 18 de diciembre, Campofrío lanzó su anuncio de Navidad que ya se ha convertido en un clásico de estas fechas. Este año la campaña, llevada a cabo por la Agencia McCann, reivindica el humor como seña de identidad de los españoles y trata el tema, controvertido y actual, de los límites del humor.

Ha sido dirigido por Daniel Sánchez Arévalo que ya dirigió en 2016 la campaña “Hijos del entendimiento”. En el anuncio participan, entre otros, Silvia Abril, Antonio de la Torre, Belén Cuesta, David Broncano, Jaime Peñafiel, Encarna y Toñi Salazar (Azúcar Moreno), Rober Bodegas, Quique San Francisco, y Juan Manuel Montilla (Langui). En él, además, se hacen pequeños homenajes a los humoristas Chiquito de la Calzada, Martes y Trece y Eugenio.

El anuncio presenta “La Tienda LOL”, una tienda en la que se venden chistes a un alto precio, como artículos de lujo, porque hacer un chiste, en los tiempos que corren, puede salir muy caro. Belén Cuesta y Antonio de la Torre son los responsables de la tienda y quienes ayudan a elegir el mejor chiste para no herir sensibilidades y no tener que pagar por ello.

En la tienda hay chistes de todo tipo: para cenas de empresa, bodas, funerales… David Broncano pregunta por chistes de exhumaciones, en clara alusión a la controversia de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. El veterano periodista Jaime Peñafiel está interesado en una cajita que incluye una broma sobre la Casa Real. El Langui busca un chiste de discapacitados y las Azúcar Moreno quieren comprar chistes de payos y se ofrecen a pagar la cuantiosa deuda que tiene Rober Bodegas con esta tienda (el verano pasado su monólogo sobre gitanos provocó una gran controversia y recibió centenares de amenazas de muerte).

No todo el humor es blanco. Cuando el humor toca un tema sensible está condenado a molestar. Nos gusta reírnos de muchas cosas, pero tenemos la piel muy fina para otras… y nos ofendemos.

Tal vez no deberíamos tomarnos las cosas tan en serio. El mismo chiste hecho en circunstancias diferentes puede pasar de hacer gracia a ser desagradable. Solo el sentido común debería poner límites al humor.

Existe una relación positiva entre la puesta en práctica del humor y una mejor salud mental con menor depresión y ansiedad. El sentido del humor es causa y resultado de una elevada madurez emocional y es una virtud hermanada con el talento, el ingenio y la creatividad.

Una vida sin humor es un horror y un error.

El humor no debería ser un lujo, sino un bien de primera necesidad.


ALGUNAS ENTRADAS RELACIONADAS EN ESTE BLOG:

- Hazte extranjero (Navidad 2013)
- La “Bombería” (Navidad 2014)
- Despertar (Navidad 2015)
- Hijos del entendimiento (Navidad 2016)
- "Amodio" (amor y odio) (Navidad 2017)

lunes, 24 de diciembre de 2018

El gran secreto de la vida

Felicitación de Navidad del año 2018

  “La Nuit”. Les Choristes.
¡Oh noche, que traes a la Tierra el tranquilo encanto de tu misterio!
¡Es tan dulce el concierto de las voces cantando a la esperanza!
Es tan grande tu poder, que lo transformas todo en un sueño feliz.

Fuente: “Vivir la vida con sentido” de Víctor Küppers.

¿Qué mundo estamos haciendo?, ¿en qué sociedad vivimos? Tenemos más tecnología y menos humanidad que nunca. Vivimos demasiado encerrados en nosotros mismos, centrados en nuestras cosas, en nuestro yo, yo, yo. Hemos creado una sociedad en la que tratamos a los demás como “bultos”. Hay muchas personas que, respecto al cariño, al respeto y al afecto, están viviendo una época de escasez, están viviendo en el umbral de la pobreza.

Ninguno de nosotros va a cambiar la sociedad en que vivimos. Los discursos grandilocuentes son bonitos, pero poco efectivos. Nos encanta solucionar el mundo, proponer ideas para que otros las lleven a cabo, quejarnos de quién hace qué o deja de hacer qué, pero al final, lo único que cuenta es lo que cada uno de nosotros puede hacer modestamente para ayudar.

En vez de quejarnos de lo inhumanos que somos, de cómo se ha vuelto el mundo, podemos decidir cómo tratamos a las personas con las que interactuamos cada día. Eso sí depende de nosotros, eso sí que está en nuestras manos. Lo que decimos, lo que hacemos, eso sí depende de nosotros, ahí sí que podemos influir y no en lo que hacen los demás. Como decía la Madre Teresa de Calcuta, “toda la calle estaría más limpia si cada uno se encargara de limpiar el espacio delante de su puerta”.

Estamos en este mundo para ayudarnos, para hacernos la vida más agradable unos a otros. La vida cobra todo su sentido cuando la enfocamos a ayudar a los demás. Estamos programados así, nos guste o no.

Tu bienestar y el de los demás se encuentran inevitablemente unidos. Cuanto más contribuyes a hacer felices a los demás, a que se sientan bien, a su bienestar, más feliz te sientes tú y cuanto más feliz te sientes tú, más te apetece ayudar a los demás. Hay pocas cosas que proporcionen al ser humano, salvo que tenga una patología, tanta satisfacción como ayudar a otra persona, compartir algo, sentir que ha contribuido a hacer un poco más felices a los demás.

Si no cuidamos de los pequeños detalles, hacemos de esta vida una cosa áspera y desagradable. Una palabra amable, un elogio, un beso, un abrazo pueden, en un segundo, superar un dolor enquistado desde hace semanas meses o años. Así de fuerte es el sentimiento del amor, del aprecio, del reconocimiento.

Decide ser amable, decide ser cordial, decide ser educado. Usa las palabras por favor y gracias. Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

Si queremos un mundo mejor, tenemos que empezar por provocarlo nosotros. Ayudar al que más lo necesita es lo más grande que un ser humano puede hacer por otro. Por justicia. Por amor.

Este es el gran secreto de la vida. Hay personas que lo han descubierto y otras que siguen sufriendo porque lo siguen buscando.

La madre Teresa de Calcuta tiene otra frase genial: “Que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”. Si te puedes aplicar esta frase, eres una persona muy grande, tú ya has triunfado en la vida. Tal vez no tengas casa ni coche, pero seguro que saldrás de esta vida por la puerta grande.

¡FELIZ NAVIDAD!



ALGUNAS ENTRADAS RELACIONADAS EN ESTE BLOG:

Carpe Diem (2017)
Vivir es un milagro (2016)
Compasión en la Tierra (2015)
El regalo de la vida (2014)
Tender puentes (2013)

jueves, 20 de diciembre de 2018

Dibujar con deseos

Felicitación de Navidad del año 2018 para los seguidores del blog

 “Pero a tu lado”. Los Secretos y el coro del colegio Tajamar.

Este año quiero felicitar a los seguidores del blog, a través de Blogger, Google+, Facebook, Twitter, Pinterest o correo electrónico, dibujando con mis deseos un árbol de Navidad en el que dejo, un año más, un pequeño gran mensaje.

Con este caligrama quiero daros las gracias por estar ahí.


¡FELIZ NAVIDAD!

🌟 Sé 🌟
 tú.
🌟 Vive 🌟
  en paz. 
🌟 Transmite 🌟
 paz. Camina. 
🌟 Contempla las 🌟
 estrellas. Mira con 
🌟 atención una flor. Pon 🌟
 tu corazón a punto. Solo 
🌟 allí   habla   Dios. Si  dices 🌟
 “Feliz   Navidad”, sonríe.  Si 
🌟 regalas algo, sonríe. Si recibes 🌟
 un regalo, sonríe. Sonríe siempre. 
🌟 Dile a alguien que le quieres. Permite 🌟
 que alguien te quiera. Escucha a los otros. 
   🌟 No te quedes viendo la tele. Sal con los demás. 🌟
 Juega con tu mascota. Di gracias. Pide las cosas por 
   🌟 favor  y  devuelve los  favores.  Acepta  y  haz cumplidos. 🌟 
     Perdónate  y sé capaz de perdonar. Sueña despierto. Piensa en 
🌟 algo que pueda mejorar y haz lo que puedas para conseguirlo. No 🌟 
digas  “no puedo”: intenta hacerlo.  Respira conscientemente. Saluda
🌟 a la gente. Canta solo. Canta con los demás. Comienza con ilusión 🌟
 el día, cada día. Recuerda por la noche el amor que 
🌟 has sembrado. Quiérete siempre un 🌟
       poco más. Expresa
       y contagia  alegría.
        Sé  todo para todos.
        Así habrás hecho realidad
            un año más, y cada día, la Navidad.



sábado, 15 de diciembre de 2018

Reencontrar la alegría


Fuente: “Alegría” de Álex Rovira y Francesc Miralles.

No hay que confundir la alegría con la felicidad, porque son dos cosas muy distintas. Puedes plantearte si eres feliz con tu vida o no, pero nunca te plantearás si estás alegre. Lo sientes y lo sabes, y ya está.

Lo que llamamos “felicidad” es un concepto mucho más complejo e individual. Cada cual es feliz a su manera. Se trata de un estado del alma que requiere ser pensado y ahí reside el problema, pues en el momento en que te preguntas si eres feliz, ya estás perdiendo la magia que iluminaba tu vida. Además, la felicidad significa algo diferente en cada cultura.

La alegría es una de las emociones básicas del ser humano. Todos la llevamos de serie, aunque a veces la tengamos dormida. La alegría nos hace sentir bien y nos da, además, una información muy valiosa de lo que es placentero para nosotros.

Las cosas que nos producen alegría son aquellas que nos conectan con la vida y con otras personas.

Sería conveniente hacer un inventario de las cosas que nos despiertan la emoción de la alegría. Es célebre la que hizo el poeta Bertolt Brecht:

La primera mirada por la ventana al despertarse,
el viejo libro vuelto a encontrar,
rostros entusiasmados,
nieve, el cambio de las estaciones,
el periódico,
el perro,
la dialéctica,
ducharse, nadar,
música antigua,
zapatos cómodos,
comprender,
música nueva,
escribir, plantar,
viajar,
cantar,
ser amable.

La alegría es inmediata. No necesita elaboración. Es sencilla, directa y evidente. Lo traspasa todo y está en todas partes. Sale a tu encuentro inesperadamente, te sorprende, te atrapa, pero ese atrapar es una liberación, porque cuando la experimentamos, nos relajamos, sonreímos, reímos, oxigenamos el cuerpo, nos emocionamos, necesitamos expresarla.

Al contrario de lo que muchos creen, no es huidiza, sino que siempre está ahí. No la vemos, porque simplemente está tapada por la mente y sus preocupaciones, por el ego y sus miedos, por complejos y vanidades.

Las personas que han perdido la alegría dirán que no saben verla en ninguna parte. Pero puede reencontrarse de la siguiente forma:

● Haciendo lo que debes hacer. Pocas cosas provocan más frustración que dejar de lado nuestras tareas o aplazarlas. Cuando bajamos los brazos, cualquier cosa se nos hace una montaña y, al final, llegamos a creernos incapaces de nada. En cambio, habrás comprobado que en cuanto te pones en marcha (escribiendo a un amigo, reparando algo roto en casa o incluso fregando los platos), la ansiedad cae en picado, porque vuelves a sentirte útil en el mundo.

● Valorando lo que tienes. Imagina ahora que el médico te da la fatal noticia de que vas a morir antes de un mes. ¿Qué es lo que más te apenaría dejar? Seguro que de repente valorarías a personas (amigos y familiares) que ahora no tienes presentes y querrías despedirte de ellos, hacer un último encuentro o incluso una última fiesta con cada uno para recordar todo lo bello que habéis compartido. La buena noticia es que no te vas a morir todavía y que puedes hacer la fiesta hoy mismo.

● Compartiendo. La felicidad es un enigma que cada persona resuelve de modo distinto, mientras que la alegría es igual para todos, porque une y puede ser compartida. Un grupo de amigos cantando juntos por la calle, el gol celebrado al unísono por todo un estadio, una cena de viejos compañeros que ríen y celebran lo vivido juntos. La alegría puede consumirse en dosis individuales, pero es fascinantemente contagiosa.

La norteamericana Pearl Buck, decía que “muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras esperan la gran felicidad”. Ahí está la clave. No sabemos qué forma tiene el edificio de la felicidad, pero lo que está claro es que se construye con los ladrillos de la alegría.

Por eso, sal al mundo y déjate alegrar.


martes, 11 de diciembre de 2018

Nada que limpiar


Fuente: Este cuento está incluido en el libro “50 cuentos para aprender a meditar” de Manuel Fernández Muñoz.

En cierta ocasión un monje se dirigió a su abad porque no conseguía concentrarse en su meditación. El maestro, comprendiendo la situación, le ordenó limpiar la enorme estatua de Buda que presidía el templo.

Cuando el monje limpiaba una parte, la otra volvía a ensuciarse. Todos los días realizaba esta labor, pero nunca conseguía limpiar completamente los dos lados.

Por más que se quejaba a su maestro, este siempre le insistía que tuviera paciencia, hasta que un día, siendo ya muy mayor, el monje miró la estatua y por fin lo comprendió.

¡Siempre había estado limpia!


sábado, 8 de diciembre de 2018

Un soplo de aire fresco

Hoy, día de la “Inmaculada”, deseo enseñaros el belén de mi casa. Ya es el séptimo año que os lo muestro a través de un vídeo. Su título, el mismo de esta entrada, es el de la primera composición musical que aparece en él: “A cool wind is Blowing” (Un soplo de aire fresco) de Djvan Gasparyan.

Es un belén de misterios en el que se recogen las escenas evangélicas que nos narran los acontecimientos acaecidos en torno al nacimiento y la infancia de Jesús. Este tipo de belén, tal y como ocurriera en la Edad Media, recoge una de las tradiciones más antiguas del catolicismo: la de enseñar por medio de la imagen. En él se sacrifica la unidad espacio-temporal. Así, por ejemplo, no existe ningún inconveniente para situar en un mismo escenario Belén y Nazaret o para que hechos alejados en el tiempo, como la Anunciación a la Virgen o la infancia de Jesús, parezca que suceden en un mismo momento y a muy pocos metros de distancia. Los misterios recogidos son: la Anunciación del Ángel a María, los Desposorios de María y José, la Visita de María a su prima Isabel, el Empadronamiento en Belén, José y María buscando posada, el Nacimiento de Jesús, la Anunciación a los pastores, la Visita de los Reyes Magos, la Presentación de Jesús en el templo, el Sueño de José, la Huida a Egipto, la Matanza de los Inocentes, el Regreso a Nazaret y, por último, cerrando el ciclo, el Niño Jesús perdido y hallado en el templo.

Se trata de un belén bíblico, también llamado “hebreo” o “palestino”, porque recrea el paisaje, los personajes, los enseres y las costumbres que había en Palestina en el momento del Nacimiento de Jesús. Sin embargo, tiene importantes detalles locales porque se incluyen monumentos de Jaén, mi ciudad: el castillo de Santa Catalina, el pilar del Arrabalejo, el arco de San Lorenzo, los arcos del Torreón del Conde de Torralba y la basílica de San Ildefonso.

Es abierto o panorámico porque solo lo cierra un telón liso de fondo. Puede calificarse de popular porque se han utilizado técnicas sencillas de montaje, con materiales tradicionales (corcho, musgo, serrín, etc.), pero, por otra parte, puede considerarse artístico porque el belenista, mi marido, es el que construye los edificios y pone la iluminación adecuada.

Como quiera que, año tras año, ha ido creciendo y ocupando toda la sala de estar, por estas fechas nos “mudamos” a una habitación más pequeña, recolocando y hacinando los muebles lo mejor que podemos. No tengo que contaros la que se arma…

A pesar de todo el esfuerzo, trabajo y dedicación, solo tengo agradecimiento por poder seguir disfrutando, un año más, con esta bella tradición, parte de “mi patrimonio” cultural y de los más emotivos recuerdos de mi infancia.

A partir de hoy, las puertas de mi casa quedan abiertas a los familiares, amigos y vecinos que quieran visitarlo.

Os dejo con el vídeo de este año. Deseo que os guste.

Música: “A cool wind is Blowing” de Djvan Gasparyan y “Nostalgia” de Kamil Radzimowski


ALGUNAS ENTRADAS RELACIONADAS EN ESTE BLOG:

- Meditando con Dios (2017)
- Pura luz (2016)
- La cuna de la vida (2015)
- El belén del mar (2015)
- Todos los caminos llevan a Belén (2014)

lunes, 3 de diciembre de 2018

A partir de hoy

Fuente: “Vivir la vida con sentido” de Víctor Küppers.

¿Cuáles son las tres cosas más importantes para ti en la vida? ¿Cuánto tiempo dedicas a ellas? Sé coherente.

Cuando uno tiene la sensación de ir a toda velocidad hacia ninguna parte, puede que haya llegado el momento de plantearse muchas cuestiones.

El gran objetivo en esta vida es luchar cada día para ser mejor persona y ayudar a los demás. Esa es la única manera de tener una vida plena y gratificante. Decir esto es fácil. El mérito está en la lucha diaria por conseguirlo.

A continuación, se sugieren propósitos que se pueden poner en práctica a partir de hoy:

- Disfruta con todo lo que haces, con el trabajo, con el estudio, conduciendo, juagando al tenis, en una reunión, caminando, en el metro… El truco no consiste en hacer lo que te gusta sino en que te guste lo que haces. Haz todo lo que esté en tus manos para hacer lo que te apasiona; si no lo haces, no te quejes.

- Sé agradecido. No valoramos lo que tenemos. Muchas veces no sabemos lo privilegiados que somos. Levántate por la mañana y piensa en tres cosas por las que tienes que dar gracias a Dios. Te levantarás alegre.

- No te quejes. La vida está llena de llorones, de quejicas. Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes, serénate y céntrate en algo que sí dependa de ti. No te quejes ni critiques y aléjate de los cenizos porque son contagiosos. El mérito está en hacer lo que toca pero con buena cara.

- Ponte ilusiones. Busca ilusiones: compra un libro, organiza una cena con tus amistades, vete un fin de semana a un lugar que te guste, juega con niños, escucha sus conversaciones… Vete a pasear por un bosque. Pasear por la naturaleza es fantástico. Aprende a pasear: con calma, sin prisa, no lleves tus preocupaciones contigo. Sé consciente del paisaje, los sonidos y los olores.

- Ayuda a los demás. No hay nada que llene tanto como ayudar y hacer favores a los demás. Muchas personas necesitan ayuda. Dedica tiempo, es el regalo más preciado porque es lo que más valoramos.

- Reparte alegría. Desarrolla en sentido del humor. ¿Qué hay mejor que hacer felices a los demás? La Madre Teresa de Calcuta decía: “Nadie debería alejarse de ti sin sentirse mejor y más feliz”.

- Cuida a las personas que más quieres. Dedícales tiempo, repíteles cuanto las quieres, ten detalles con ellas, sé amable con ellas.


miércoles, 28 de noviembre de 2018

¿Y si todo fuera un sueño?


Fuente: “El amor de tu vida” de Rut Nieves.

¿Y si estamos soñando, creyendo que estamos despiertos? ¿Y si todo esto es un sueño con sensaciones físicas? ¿Y si todo esto no está pasando realmente? Esta idea para nuestra mente parece una locura. No estamos capacitados para comprender esto. Pero ¿Y si fuera así? ¿Por qué nos tomamos todo tan en serio?

Si no vamos a estar en este mundo eternamente, ¿por qué damos tanta importancia a nuestras decisiones y a cosas que son temporales? Si no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí, ¿por qué convertir la vida en un drama? ¿Por qué no tomarnos la vida como un juego?

Desdramatiza, relativiza, quítale importancia a lo que te sucede. Lo que ves es solo un escenario que cambiará en la medida que cambies tu forma de ver tu vida y de verte a ti mismo. De hecho, cuando deseamos salirnos de los programas mentales que nos dominan, el camino más fácil es tomarnos la vida como si fuera un juego o un sueño: probamos a hacer las cosas de manera diferente, dejamos de hacer lo que hacemos habitualmente y empezamos a introducir pequeños cambios en nuestra vida.


viernes, 23 de noviembre de 2018

La madurez espiritual

“Cuando el sabio lo es de verdad, lo es para todo el mundo y para todas las épocas”.

Yalal ad-Din Muhammad Balkhi, conocido como Rumi, nació en la antigua Persia (actual Afganistán) en el siglo XIII. Es uno de los principales sabios y poetas místicos del sufismo. Después de su muerte, sus seguidores fundaron la orden sufí de los Derviches giradores.

Sus poemas han sido ampliamente traducidos y desde las últimas décadas del siglo XX, Rumi es percibido en Occidente como una de las figuras literarias y espirituales más importantes de todos los tiempos.

Rumi escribió numerosas composiciones poéticas entre las que destaca el “Masnavi”, una de las principales obras de la poesía mística universal. Es una colección de preceptos éticos, acerca de la condición humana, de gran calidad literaria y de profunda espiritualidad, recopilados en seis volúmenes venerados por los fieles sufís.

Uno de los textos más difundidos del maestro Rumi, nos habla de cuándo se consigue la madurez espiritual aclarándonos, así, en qué consiste y qué hemos de hacer para conseguirla.

¿Cuándo se alcanza la madurez espiritual?
✤ Cuando dejamos de tratar de cambiar a los demás y nos concentramos en cambiarnos a nosotros mismos.

✤ Cuando aceptamos a las personas como son.

✤ Cuando entendemos que todos aciertan según su propia perspectiva.

✤ Cuando se aprende a “dejar ir”.

✤ Cuando damos por el placer de dar sin esperar nada a cambio.

✤ Cuando no necesitamos demostrar al mundo lo inteligente que somos.

✤ Cuando dejamos de buscar la aprobación de otras personas.

✤ Cuando dejamos de compararnos con los demás.

✤ Cuando lo que hacemos, lo hacemos buscando nuestra paz interior.

✤ Cuando conseguimos estar en paz con nosotros mismos.

✤ Cuando somos capaces de distinguir entre “necesidad” y “querer” y somos capaces de renunciar a lo que no necesitamos.

✤ Cuando dejamos de hacer depender nuestra “felicidad” de las cosas materiales.


domingo, 18 de noviembre de 2018

El estanque y la luna


Fuente: “50 cuentos para aprender a meditar” de Manuel Fernández Muñoz.

Paseaba un sacerdote con decenas de libros sagrados debajo del brazo cuando tropezó con un sadhu (asceta hindú) que contemplaba absorto el fondo de un estanque.

—¿Qué haces ahí, anciano? —le preguntó.

—Estoy esperando a ver si emerge la luna que se esconde en el fondo del estanque —contestó el sadhu.

—¡Viejo loco! —gritó el sacerdote—. Si te hubieras tomado la molestia de levantar la cabeza, habrías descubierto que realmente las estrellas y la luna están en el cielo, no en esa charca.

—¡Ay amigo! —dijo el sadhu—. Y si tú te hubieras tomado la molestia de mirar en tu interior no tendrías que andar por ahí buscando a Dios en ningún libro.


miércoles, 14 de noviembre de 2018

Atrapado por el Gordo: “22 otra vez”

Anuncio de la Lotería de Navidad 2018

Hoy, miércoles 14 de noviembre, se ha dado a conocer el anuncio de la campaña publicitaria de la Lotería de Navidad que, en esta ocasión, ha sido encargada a la agencia Contrapunto BBDO. El lema de la campaña sigue siendo, como en otros años, “El mayor premio es compartirlo". El anuncio, titulado “22 otra vez”, está inspirado en la película “Atrapado en el tiempo” (“El Día de la Marmota”) de Harold Ramis y ha sido dirigido, en clave de emotiva comedia, por Javier Ruiz Caldera.

Juan (interpretado por el actor Luis Bermejo), el protagonista de la historia, es un cerrajero egoísta y solitario que se queda atrapado en el día 22 de diciembre, día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, entrando en un bucle temporal en el que le toca “el Gordo” una y otra vez. Juan aprovecha esta circunstancia y cada vez se va quedando con más décimos, pero, al final, como vive su suerte en solitario, termina hartándose de que le toque una y otra vez la lotería.

Solo cuando cambia de actitud y decide compartir el décimo que lleva en el bolsillo con una joven que ha olvidado comprar lotería, logra, a través de la solidaridad, romper el maleficio, salir de su bucle y volver a disfrutar de la alegría de compartir un premio de la Lotería de Navidad.

¡Por fin es 23 de diciembre en casa de Juan!



viernes, 9 de noviembre de 2018

Una manera de adquirir hábitos


Fuente: “Vivir la vida con sentido” de Víctor Küppers.

Hay un gran truco para configurar los hábitos de tu carácter: “Haz como si… hasta que lo seas”. Así de simple. Así de complicado.

¿Quieres ser amable? Ve por la vida como si fueras la persona más amable del mundo, sé amable con cada persona con la que entres en contacto y, al final, serás una persona muy amable.

¿Quieres aprender a escuchar? Actúa como si fueras la persona que mejor escucha. No serás la persona que mejor escucha del planeta, pero sí aprenderás a escuchar de la mejor manera que tú puedes hacerlo.

Puedes pensar que es una manera muy artificial de adquirir un hábito, que no es natural porque te fuerzas a actuar.

En cierta medida es así, pero cualquier aprendizaje requiere una práctica consciente, hasta que dejas de pensar en ello y forma parte de ti, hasta que se convierte en un hábito.

Cuando juegas al tenis las primeras veces, piensas cómo poner la raqueta, pero cuando llevas mucho tiempo jugando, ya no tienes que pensarlo. Igual sucede cuando aprendes a conducir, a tocar un instrumento, etc. Así se adquieren los hábitos.

“Haz como si… hasta que lo seas”.


domingo, 4 de noviembre de 2018

El conejo miedoso

Más vale pájaro en mano que ciento volando... ¡Cuántas veces nos puede la ambición!

Cuento para niños y no tan niños


Fuente: “Zapatos de fuego y sandalias de viento” de Úrsula Wölfel.

Había una vez un conejo que siempre tenía miedo. Un conejo miedoso que se asustaba durante el día porque había mucha luz, y durante la noche a causa de la oscuridad. El zorro estuvo a punto de atraparlo una vez, y en otra ocasión lo persiguió un búho, por lo que apenas se atrevía a salir de la madriguera.

Pero una noche, como tenía mucha hambre, se aventuró hasta el lindero del bosque y se metió en un campo de tréboles. De pronto se llevó un susto enorme... vio una gran lechuza posada sobre la rama de un árbol y se dio cuenta de que le estaba mirando con sus ojos verdosos y brillantes.

—Me alegro mucho de que hayas venido, querido conejito –dijo la lechuza con amabilidad, y añadió—: ¡No sabes cuántas ganas tengo de comerte conejito!

El conejo se acurrucó entre los árboles y apenas podía moverse, a causa del gran miedo que sentía y que agarrotaba sus patitas.

Pero cuando volvió a levantar la vista hacia el lugar donde le acechaba, vio las estrellas que brillaban en el cielo, sobre el bosque.

—Mi querida señora lechuza... —murmuró con voz trémula—. Estoy muy flaco... ¿Acaso no preferiría unas palomas para la cena? Si se molesta en levantar la cabeza verá siete palomas cruzando el cielo.

—¿Por dónde? —gruñó la lechuza mientras alargaba el cuello.

El conejito señaló hacia siete hermosas estrellas que estaban muy cerca unas de otras.

La estúpida lechuza se relamió mientras pensaba: “¡Tengo que cogerlas!” Comenzó a volar hacia arriba, mientras que el conejito volvía corriendo al bosque y se metía en su madriguera, donde se encontró seguro.


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- Diógenes
- El apego
- El diamante
- El esclavo
- El oro del avaro

martes, 30 de octubre de 2018

Por siempre “Todos los Santos”

Como le ocurriera a Eduardo Galeano, “en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra”. Es lo que siento cuando compruebo hasta qué punto, en los últimos años, se ha puesto de moda en España celebrar Halloween.

La “industria cultural” del gigante norteamericano se ha encargado de difundir por todos los puntos del Planeta, un Halloween que ha perdido su trasfondo espiritual (la palabra Halloween procede de la contracción inglesa All Hallows'Eve que en español significa “víspera de Todos los Santos”) y se ha convertido en una fiesta en la que imperan los disfraces, calabazas, telarañas, brujas, fantasmas, esqueletos, vampiros, zombis…, los sustos y el terror. Se trata de un día que empuja al consumo. Por eso, apoyándose en la necesidad de vender, los centros comerciales y las televisiones le prestan una gran atención y… hemos sucumbido. ¡Qué fácilmente nos convencen!

La tarde del día 31 de octubre los más pequeños de la casa saldrán disfrazados a buscar caramelos y sustos entre sus vecinos y familiares. Además, esta fiesta, “gracias” a los “profes” de inglés, se ha hecho muy popular en la mayoría de los colegios donde muchos niños acuden ese día a clase disfrazados. Digo yo que conocer y estudiar las costumbres de un pueblo, no significa tener que imitarlas y, en modo alguno, adoptarlas. Muchos norteamericanos conocen y estudian, por ejemplo, la Semana Santa andaluza y, sin embargo, no organizan en sus Estados cofradías y hermandades para sacar procesiones a la calle acompañadas, por decir algo, de bandas de cornetas... En cualquier caso, me cuesta entender, con lo que hemos denostado al lobo feroz, que los niños vayan a la escuela con disfraces que inciden en aspectos de horror, miedo, sangre y monstruos. Ahí lo dejo.

Ya por la noche, veremos a nuestros jóvenes y no tan jóvenes asistir a las, cada vez más habituales, fiestas temáticas de Halloween que organizan los locales de ocio aprovechando, por cierto, que el día siguiente es festivo y no se trabaja.

Yo seguiré celebrando el Día de Todos los Santos para honrar y recordar a mis seres queridos que ya no están (“Nadie más muerto que el olvidado”, decía Gregorio Marañón) e iré, mientras pueda, al cementerio para limpiar, adornar con flores y visitar sus sepulturas.

Hoy, desde aquí, reivindico su memoria, que es también la mía, y el recuerdo de un hogar en el que la noche de Todos los Santos se reunía toda la familia en torno a la cena. Y el de una madre, mi madre, que se esmeraba con un menú especial y hacía de postre arroz con leche, gachas dulces y batatas cocidas con miel y canela... Y de un padre, mi padre, que, tras finalizar su trabajo, era maestro confitero, llegaba a casa con dos enooooormes bandejas de buñuelos de viento y huesos de santo. (Si, como cuenta la leyenda, cuando comes uno de estos buñuelos se salva un alma del purgatorio... ¡cuántas almas no habré salvado yo a lo largo de mi vida...!). Y el recuerdo de la ardiente declaración de amor de Don Juan Tenorio a Doña Inés... Y el del suave crepitar de las mariposas de aceite que iluminaban el camino de las almas de los difuntos. ¡Mariposas! Siempre mariposas...

Este año, la tarde del Día de Todos los Santos, volveré a ver la película “Coco”. Siempre ha llamado mi atención la tradición mexicana de El Día de Muertos porque es una celebración no “para” los muertos, sino que invita a celebrar “con” los muertos. Ellos están presentes y no son meramente recordados o conmemorados.

“Para encontrar tu destino debes saber de dónde vienes. Nada es más importante que la gente que amas”.

Como dije al principio, “en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra” y, lo que es peor, no sé si quiero entrar.


jueves, 25 de octubre de 2018

El sello de autenticidad


Fuente: “Vive tu vida” de Enrique Rojas.

La palabra “auténtico/a” procede de la griega authentés, contracción de auto y entés, que define a la persona que actúa por sí misma y es dueña de sus actos.

Ser auténtico consiste en ser coherente. Significa que hay una estrecha relación entre lo que se piensa y/o dice y lo que se hace. La persona auténtica vive como piensa y se manifiesta como realmente es y no como los demás quieren que sea.

En la sociedad actual las personas auténticas caminan por terrenos difíciles, pues, cada vez en mayor medida, los seres humanos se falsifican a sí mismos, llevan una doble o triple vida o moral, son inestables y no tienen criterios sólidos. Hoy en día es toda una proeza no venderse al mejor postor y no es extraño ver masas de gente a la deriva.

Las personas auténticas aman la verdad por encima de todo y se esfuerzan porque en su interior existan el menor número de contradicciones posibles.

Son personas íntegras y autónomas. Viven con rectitud, con responsabilidad y son capaces de ir contracorriente cuando el entorno social se vuelve permisivo y aparece el “todo vale”.

Están revestidas de autoridad: lo que dicen, lo hacen. Tienen una palabra que se mantiene contra viento y marea.

Tienen un solo lenguaje, frente a sí mismas y a los demás, por eso son sencillas, naturales, espontáneas y con estilo propio.

Sus vidas son equilibradas, armónicas y ecuánimes.

Las personas que se esfuerzan por ser auténticas están dispuestas a cambiar y corregir sus faltas.

La autenticidad es un acto de grandeza que está en la cumbre donde habitan las personas de categoría.


sábado, 20 de octubre de 2018

Antes de nacer

Este relato está incluido en el libro “Pactos y señales” de Juan José Benítez.

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés.

Uno pregunta al otro:

—¿Tú crees en la vida después del parto?

—Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.

—¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?

—No sé pero, seguramente, habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.

—¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! Nos alimentamos por el cordón umbilical. Para eso está… Te digo una cosa: la vida después del parto no existe. Aquí se acaba todo… El cordón umbilical es demasiado corto.

—Pues yo creo que hay algo. Tal vez sea una vida distinta a la que estamos acostumbrados.

—Pero nadie ha vuelto del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. A fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad. Ahí termina todo.

—No sé exactamente cómo será la vida después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.

—¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde está?

—¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella, y a través de ella, es como vivimos. Sin ella este mundo no existiría…

—No me lo creo… Nunca he visto a mamá. Por tanto, es lógico que no exista.

—A veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla. Canta. Y muchas veces notas como nos acaricia… ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera. Ahora nos preparamos para ella…


lunes, 15 de octubre de 2018

El poder de la música

  “Thank you for the music”. Amanda Seyfried.


Fuente: “Vivir la vida con sentido” de Víctor Küppers.

La música tiene un poder emocional enorme. Escuchar música despierta nuestras emociones: la melancolía, la tristeza, la alegría e incluso la euforia. La música tiene ese don tan fantástico.

Hay canciones que hacen pensar, que logran sacar lo mejor que llevamos dentro, que despiertan nuestro lado más positivo. Algunas nos traen recuerdos. Hay canciones que están unidas para siempre a momentos importantes de nuestra vida. Hay músicas para cada momento.

En ocasiones la música trae consigo un irrefrenable deseo de silbar, tocar las palmas, mover los pies o bailar.

Hay canciones y melodías que llegan a nuestro ser más profundo, que tocan allí donde es difícil que nadie llegue.

A veces escuchando música, el mundo se para. Literalmente. Ese es su poder.

Debemos aprender a utilizar la música para mejorar nuestro estado de ánimo. Yo lo hago. A diario.


miércoles, 10 de octubre de 2018

Transformar la envidia en admiración


Fuente: “Haz tus sueños realidad” de Rut Nieves.

Envidia es lo que se siente cuando te comparas con otros que han conseguido o tienen algo que tú no tienes.

La envidia surge de una falta de confianza en uno mismo. Cuando tú no te sientes seguro de ti, tiendes a buscar la seguridad fuera comparándote con otros. Y compararte es una forma de criticarte y de despreciarte a ti mismo.

Lo cierto es que no puedes compararte con nadie, porque eres un ser único con un propósito de vida único, y cualquier intento por compararte con otros es una ilusión, puesto que no existe nadie igual a ti.

Cada persona tiene su camino, su proceso, su ritmo y sus tiempos. Compararte con otros solo te hará sufrir.

Si sientes envidia, transfórmala en admiración. Admirar es una forma de bendecir a alguien, de alegrarse de lo que ha conseguido. Alegrarte de lo que otros ya han conseguido te abre las puertas a que tú también puedas lograrlo. La envidia levanta muros y la admiración abre puertas.

Si tú quieres conseguir lo que otro ya tiene, con la envidia alejas eso de ti. Necesitas confiar en ti y alegrarte de que esa persona lo haya conseguido, porque si esa persona pudo, y eso es lo que tú realmente quieres de corazón, tú también puedes.

Para que eso sea posible, lo primero que necesitas hacer es:

- Creer en ti y en tu capacidad para conseguir lo que otros ya han logrado; si eso es en realidad lo que tu corazón desea, llegará.

- Perdonarte por ser tan duro, exigente o crítico contigo mismo o por los errores que creas haber cometido (que en realidad eran aprendizajes).

- Quererte. Darte todo el amor necesario para el camino.


viernes, 5 de octubre de 2018

La fuerza interior

Fuente: “Tu fuerza interior” de Bernardo Stamateas.

Actualmente se habla mucho del “síndrome de Peter Pan” para hacer referencia a personas con dificultades para crecer. Fuimos creados para desarrollarnos, crecer y avanzar. No crecer es morir antes de tiempo.

La evolución de la vida del ser humano podríamos compararla con un arco que incluye la niñez, la adolescencia, la juventud, la edad adulta y la vejez. La mayoría de las personas piensa que hay una etapa óptima en sus vidas, que es la juventud, y que después viene, indefectiblemente, el declive. Son personas que siembran en la primera mitad de su vida para luego cosechar y se imaginan de mayores con una caña y pescando.

Sin embargo, también es posible ver la vida desde otra perspectiva: como una escalera. Imaginemos que somos como una luz que va en aumento. Es decir, que vamos creciendo a medida que pasan los años. Esta visión nos transmite el mensaje de que, más allá del deterioro físico que todos tengamos a partir de los cuarenta años, interiormente podemos seguir creciendo.

Uno de los principios fundamentales para crecer y desarrollar nuestra fuerza interior es la capacidad de mirarnos a nosotros mismos, conocida como introspección. Mirarme a mí mismo me permite saber qué estoy pensando, cómo estoy funcionando, en qué áreas me está yendo bien y en cuáles me está yendo mal.

Esa capacidad de mirar hacia dentro nos conduce a un gran descubrimiento: que en nuestro interior existe una caja llena de recursos extraordinarios y fortalezas, que, seguramente, ya empleamos en alguna situación de crisis que atravesamos en el pasado. Esos recursos están allí. Solo tenemos que reconocerlos y volver a hacer uso de ellos para adquirir fuerza interior y disfrutar de la apasionante aventura de la vida, lo cual significa seguir creciendo.


domingo, 30 de septiembre de 2018

Las sandalias

Este cuento está incluido en el libro “La llave de la paz interior” de Ramiro A. Calle.

Dos amigos que anhelaban recibir enseñanzas para evolucionar espiritualmente y hallar la paz interior recorrieron un largo camino para conocer a cierto maestro del que habían oído que era un ser realizado. Tras un viaje largo y extenuante, llegaron hasta donde vivía el maestro y se presentaron ante él. Unos minutos después, antes de llegar la hora del día fijada para que el maestro impartiera las enseñanzas, uno de los amigos le dijo al otro:

–¡Vámonos!

Estupefacto, el amigo protestó indignado:

–¡Pero si todavía no hemos escuchado sus enseñanzas!

Y el amigo le contestó:

–A mí me basta con haber visto cómo se ata las sandalias.

Cuando una persona ha conquistado la serenidad, se refleja en todos sus actos, en sus palabras, silencios, miradas y gestos. Es una energía, benditamente contagiosa, que se irradia por doquier y todo lo impregna.


martes, 25 de septiembre de 2018

Las cinco “pes” de la vida

El economista estadounidense Philip Kotler propuso, en los años sesenta, el famoso modelo de las “Cuatro Pes” del marketing que responde a las cuatro preguntas: ¿qué producto?, ¿a qué precio?, ¿en qué mercado (placement=distribución)? y ¿qué comunicación usaré (promoción)?

La revolución tecnológica hizo que al modelo se le añadiera otra “p” de persona (¿a qué consumidor?)

Víctor Küppers en su libro “Vivir la vida con sentido” habla de que en la vida también existen las cinco “pes”:

«…Todos nos movemos por una de las cinco “pes”. Hay una “p” que es nuestro motor, lo que manda en nuestra vida, hay una “p” que nos orienta y que influye en todas nuestras decisiones.

• La primera posible “p” es el poder. Son muchas las personas que han demostrado que esta es la “p” que les importa y las hay de todos los colores; algunas por mantener el poder son capaces de mentir, engañar, cometer perjurio o vender a su madre, lo único importante es mantenerse en el poder. Algunas personas cambian de opinión o renuncian a sus ideales para mantenerse en el poder.

El poder es una gran fuente de motivación, pero tiene muchos inconvenientes. El primero es que solo motiva mientras se tiene y la motivación se convierte en amargura cuando se pierde. El segundo es que tampoco de disfruta tanto, porque para mantenerlo uno tiene que convivir con los miedos a perderlo, con el rencor y la envidia hacia quienes lo amenazan. En fin, muy desalentador.

• La segunda “p” es el prestigio. Hay quien no tienen poder, pero busca el “prestigio” que dan los cargos, las posiciones, los títulos, la fama mal entendida. Hay personas que son capaces de vender su alma al diablo con tal de aparecer en un medio de comunicación o de ostentar un determinado cargo o título.

El prestigio también tiene inconvenientes. Comparte con el poder el inoportuno hecho de que la satisfacción se mantiene mientras se tiene el prestigio; cuando hay otro que tiene más prestigio o cuando este ya no se valora o no se aplaude constantemente, entonces viene el desánimo. Y lo importante no es ser importante, lo importante es ser feliz.

• La tercera “p” es la pasta, ¡todo por la pasta! El dinero y los bienes materiales se supone que nos harán felices; la felicidad adquiere entonces una dimensión comercial pues la publicidad actúa como palanca de aceleración de esa felicidad que hay que comprar.

No hay que dar muchos ejemplos de la cantidad de personas que se han abrazado a esta “p”; nos hemos acostumbrado desde hace años a ver por la televisión operaciones policiales que intervienen ayuntamientos por corrupción o por cobro de comisiones ilegales. Estamos cansados de ver que personas que tienen 1.000 roban 1.000 más, personas que tienen un altísimo nivel de vida que tienen que robar, porque nunca es suficiente, porque todo es poco, porque la avaricia no tiene límites. Por méritos propios, hoy hay empresarios y políticos que compiten en plena igualdad con mafiosos, chorizos y maleantes varios por ser el colectivo más corrupto de la sociedad. Y lo importante no es ser rico, lo importante es ser feliz.

• La cuarta “p” es el placer; apetece o no apetece. Hay que hacer solo lo que te apetece, ese el mensaje que hoy manda la sociedad; ser libre es hacer lo que te dé la gana. No hay nada que se acerque tanto a la irresponsabilidad. Si te apetece cuidar a tu hijo lo haces, si no, no; si te apetece hacer las cosas bien las haces, si no, no, es la vida hedonista que tanto atrae.

Françoise Réveillet explica que la cultura del ya, la cultura del instante se transforma en cultura del goce y la satisfacción inmediata. Con esta “p” tampoco se logra la felicidad porque la satisfacción dura mientras dura el placer, la novedad, que rápidamente desaparece porque ha surgido otro objeto o motivo de deseo.

• Finalmente, la quinta “p” son los principios. Principios y valores humanos. Las personas fantásticas lo son porque son honestas, íntegras, honradas, no mienten, no engañan, son leales, ayudan a los demás, son generosas, comparten, etc.

Ghandhi decía que “debemos convertirnos en el cambio que buscamos en el mundo”, eso es ser íntegro.

Esta “p” es la única duradera, es la única que da la alegría y la felicidad interior que todos buscamos.

El éxito no es la base de la felicidad, pero la felicidad sí es la base del éxito. Ser buena persona, a largo plazo, es muy rentable. Quizás no serás millonario, pero habrás triunfado en la vida. La conciencia es nuestro mayor patrimonio.

Hoy en día felicitamos a las personas por sus éxitos externos, por su prestigio, por su poder, por sus ascensos, por sus coches, por sus casas, en fin, por sus posesiones; y deberíamos felicitar a las personas por su manera de ser, por sus actitudes, por sus principios, por su forma de actuar, deberíamos elogiar la bondad, la paciencia, la generosidad. Personas con valores humanos, esas son las que nos gusta, las que nos atraen, con las que queremos vivir y convivir».


jueves, 20 de septiembre de 2018

No decidir es también decidir

Fuente: “365 citas contigo” de Laura Chica.

No existe la no decisión. Lo que no decides, ya se está decidiendo.

Cuando prefieres no dar una respuesta, el silencio ya decide por ti.

Parece más cómodo no decidir porque te ahorras muchos cambios. Tras una decisión viene una acción y el cambio requiere mucha energía para adaptarse a lo nuevo. Por eso es más cómodo no decidir, dejarte llevar, que decidan otros.

Cuando crees no decidir, en realidad estás decidiendo quedarte donde estás, aunque no te guste.

Todo lo que no decides decide por ti.

Todo lo que no eliges elige por ti.

Cada decisión y cada no decisión está creando tu vida, está creando el camino por el que vas a ir.